Esta navidad como ya es habitual compro pato. Me gusta confitarlo yo misma y aprovechar todo de el, la carcasa, los muslos para confitarlos, las pechugas para otras recetas ricas etc..
En otra entrada del blog os dije como lo confité de una manera tradicional, usando grasa de pato comprada aparte, lentamente y a baja temperatura.
Queda perfecto y riquísimo para hacer luego multitud de recetas.
Pinchad en la foto y os redirijo a ella.
Pero en esta ocasión os propongo confitarlo de una manera más sencilla, sin usar grasa adicional, sin estar pendiente del termómetro, sin tener aparatos para cocinar a baja temperatura.
Mi cocina es muy básica, no puedo permitirme el lujo de comprar ciertos aparatos como la mayoría de nosotros y por otro lado antes tampoco los había.
Esto hace que uses la imaginación y cocinar con métodos más económicos que tenemos a mano y que nos van a dar el mismo resultado o lo más parecido posible.
Para ello he usado BOLSAS DE ASAR.
Había pensado hacerlo al vacío metiendo los muslos en una bolsa y esta en una olla con agua hasta que tuviese la temperatura entre 80º y 90º durante unas horas pero luego pensé en todas las posibilidades que nos dan las bolsas de asar y quise averiguar que tal quedarían usándolas para este fin.
La manera es la misma solo cambiamos el recipiente donde vamos a hacerlo y que se va a confitar en su propia grasa y con su mismo jugo, sin desperdiciar absolutamente nada.
El resultado....maravilloso.
Para esta receta he confitado solo los muslos pero para ello hay que partir el pato.
Este me gusta porque suelen pesar sobre los 2.400 kilos y no llega a 10 euros por lo que lo aprovechamos muy bien.
Cuando sacamos el pato de la bolsa o si se compra ya fresco se lava bien y se seca con papel de cocina.
Se le queman las pequeñas plumas que le puedan quedar, bien con el fuego de la cocina o con un soplete, con cuidad siempre para no romper la piel.
Yo comienzo partiendo los muslos del pato, cortando lo más pegado a la carcasa hasta llegar a la articulación, así con los dos muslos.
También quito la parte final que sobra del trasero para aprovechar la grasa, lo mismo que la parte de la piel con grasa que hay en el cuello, siempre lo dejan por si lo que queremos hacer es pato relleno.
Separamos las alas de igual manera que los muslos.
Seguimos con las pechugas.
Hay que cortar desde el centro de las dos pechugas siguiendo el hueso de la carcasa hasta tener una de ellas completamente separada.
Si sigues el hueso no hay ningún problema y aprovechamos casi por completo la carne que lleva.
Hacemos lo mismo con la pechuga del otro lado.
Fijaos en que carne roja más maravillosa.
Ya tenemos la carcasa separada de los muslos, las pechugas y las alas.
Para confitar los muslos primero los he aderezado con ROMERO, TOMILLO, y PIMIENTAS (he usado un molinillo que contiene pimientas de distintos tipos).
Para confitarlo he metido los muslos, la piel del cuello y la parte del trasero que hemos cortado( son pieles que no usamos pero que en el caso del pato contienen una grasa que vamos aprovechar) en la bolsa de asar con el aderezo y he atado con el precinto de cierre que llevan incluidos en las bolsas.
Le hice un pequeño corte a la bolsa por la parte de arriba, pequeño, solo para dejar escapar un poco el vapor o pincháis con un tenedor con cuidado, así lo recomiendan los fabricantes.
Ponemos la bolsa en una fuente apta para el horno y lo tenemos 3 horas a 85 grados.
Va a estar a la misma temperatura y el mismo tiempo que en la receta anterior de pato confitado solo que no habremos añadido grasa adicional.
Una vez pasado el tiempo lo sacamos del horno y vemos como se ha confitado y que está perfectamente cocinado, con sus jugos y en su propia grasa.
Aprovechamos el horno para cocinar otras cosas, verduras, carne a baja temperatura, etc...
Poco a vemos que se enfría la grasa del pato y por debajo de ella quedan los jugos que se separan con facilidad.
Ya está preparado para meter en la nevera si hacemos uso de el en unos días o bien con bolsa y todo lo congelamos y lo tenemos dispuesto para cuando lo necesitemos.
Yo lo congelé con bolsa dentro de un tupper.
Y este es el resultado.....tachannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn!!!!!!!!!!!!!!!!
No me diréis que no esta bien, el resultado magnífico y os aseguro que ha quedado delicioso.
Cuando está calentito, claro.
Ya veréis que cosa más rica he hecho con ellos.. En poquitos días os cuento para que los he utilizado.
Una receta a la que le tengo muchas ganas y mucho cariño.
Cariño y amor son los ingredientes que nunca deben faltar en nuestra cocina.
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