Estas galletas son ligeras y deliciosas.
Hechas con claras de huevo que tenía congeladas y que sobraron de otras elaboraciones y almendra molida sobrante de estas navidades.
La receta está hecha a ojo, más o menos. Me he basado en algunas vistas por internet pero al final como quería aprovechar las cantidades de ingredientes que yo tenía así han quedado.
El resultado me ha sorprendido hasta a mi, porque son crujientes por fuera y sequitas pero no duras.
Aguantan muy bien en una caja metálica cerrada, yo les suelo poner abajo y arriba una servilleta de papel para que absorban la humedad pero no creáis que os van a durar mucho tiempo.
Os digo mis ingredientes:
- 200 gramos de almendra Marcona molida.
- 180 gramos de azúcar blanquilla.
- 4 claras de huevo a temperatura ambiente.
- Una pizca de sal.
- Una cucharada sopera de zumo de limón..
- 60 gramos de harina de maíz o Maicena.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 180 grados.
Montamos las claras incorporando el azúcar poco a poco, añadiendo una pizca de sal y el zumo de limón cuando las claras estén casi montadas.
Mezclamos la almendra molido junto con la harina de maíz.
Añadimos poco a poco la mezcla de almendra y harina de maíz al merengue que mezclaremos con una espátula y con movimientos envolventes.
Ponemos un papel sulfurizado en la bandeja del horno.
Echamos la mezcla de las galletas en una manga pastelera con boquilla rizada en mi caso, pero esto ya es a gustos.
Hoy haciendo montoncitos que luego con el calor se bajarán un poco.
No me ha quedado una masa con volumen por el peso de la almendra pero aún así las galletas han quedado muy bien después de horneadas.
También podemos coger masa con una cuchara de sopa y ayudándonos con otra hacemos montoncitos sobre el papel puesto en la bandeja del horno, un poco separados porque se extenderán conforme se vayan haciendo.
Horneamos durante 15- 20 minutos dependiendo del tamaño de las galletas.
Una vez apagado el horno quedan blanditas, las he dejado dentro para que se sequen con el calor del horno, con la puerta un poco abierta.
Así el merengue queda sequito pero no duro.
Si hacéis eso con otras galletas no habrá quien se las coma pero con las de merengue quedan perfectas.
El sabor a almendra es fantástico, no le pongo saborizantes, no le hace falta y no me gustan demasiado.
Si la almendra es de calidad como es esta no le hace falta.
Si habéis hecho alguna vez macarons os daréis cuenta que el sabor es muy parecido, llevan casi los mismos ingredientes aunque esto es mucho más fácil de elaborar.
Os dejo también como hice los macarons, fue una receta sorprendente, tanto por su elaboración como por el sabor.
Pinchad AQUÍ para ir directos a la receta y el paso a paso.
Os digo una cosa, aunque no quedasen bien, no hiciesen esa forma característica me daría igual por lo ricos que están.
Que ricas galletas!!!
ResponderEliminarSaludos.